viernes, 24 de julio de 2009

Antonio


Aquella madrugada como contándonos un cuento fuimos acercándonos, pasada la media noche, sentí que tu cuerpo se sentía cómodo en el mío, una pasión suave pero esperada, breve pero mágica, y finalmente dormías…
Yo me hice la dormida, mi interior aún sentía que estabas dentro, respiraba con cuidado de no hacer ruido para no despertarte. Continuamente cerraba los ojos para intentar dormir pero no pude, la intranquilidad de saber que estaba en la habitación, en la cama de mi misterioso caballero, de mi mágico tren, pero tú dormías, yo observaba, disfrutaba del olor de tu cuerpo y respiraba en suspiros silenciosos para darme cuenta de dónde estaba…
Al día siguiente me fui, silenciosa, con miedo, sabiendo que….viajarías en un camino distinto, que nuestras miradas no se volverían a cruzar en el andén..., entonces pensé, nunca debías haber parado….

Ali

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